domingo, 21 de diciembre de 2014

Inversiones y exploración enfrentarán la grave crisis de la minería boliviana

Una de las alternativas planteada de manera coincidente en los sectores mineros del país, es que para contrarrestar la caída de los precios internacionales de minerales hay que generar un aumento de la producción, pero se trata de una opción que sólo se puede lograr con fuerte inversión.

En todos los sectores de la minería el impacto de los bajos precios ocasiona una gran incertidumbre, especialmente al desconocerse el tiempo que estará vigente la restricción y si la misma pudiese prolongarse indefinidamente, por lo mismo la situación para contrarrestar el efecto tiene diferentes características que se aplicarán para conjurar la crisis.

La minería estatal por un lado, las cooperativas en su modalidad y la empresa privada minera especialmente la "pequeña o chica", coinciden en la necesidad de acceder a préstamos que puedan cubrir las exigencias de trabajar casi en el límite de costos operativos y pretender aumentar el volumen de producción.



LA MINERÍA ESTATAL

Para ir por partes, la situación de la minería estatal podrá salir adelante en base al apoyo estatal que bajo la forma de fideicomiso otorgará el soporte necesario para impulsar la actividad de las minas que confrontan problemas, empezando por Huanuni que tiene la responsabilidad de soportar la mayor cantidad de trabajadores (por empresa), casi cinco mil y con un promedio de rendimiento que debe ajustarse al precio del estaño vigente en la actualidad de algo más de 9,2 $us por libra fina (LF).

El fideicomiso oficial ha sido definido en 100 millones de dólares y será operativizado a través del Fondo para la Revolución Industrial Productiva del Banco Central, (Finpro). El mayor porcentaje de ese monto recibirá Huanuni para renovación de tecnología en la búsqueda de nuevas vetas y apuntalar el funcionamiento del nuevo ingenio que aumentará su producción de 1.000 toneladas métricas día (TMD) de estaño a 3.000 TMD. Esa producción servirá a su vez para cubrir la demanda del nuevo horno Ausmelt de la fundición de Vinto, que incrementará su producción de 11.000 Toneladas Métricas Finas (TMF) de estaño a 17.000 TMF anualmente.

En el caso de Colquiri se desarrollará un plan para ampliar su planta de tratamiento con innovación tecnológica para ampliar además las áreas de producción. En el caso de Corocoro, el asunto es complejo pues se anticipó el agotamiento de cobre por lo que se hace necesaria una prospección para ubicar nuevas vetas para continuar con la producción de láminas de cobre.

En el caso concreto de Karachipampa, la idea es perfeccionar un nuevo plan productivo que convierta la planta en un complejo polimetalúrgico que pueda fundir todo tipo de minerales y no sólo produzca lingotes de plomo y plata.



LOS COOPERATIVISTAS

En el caso de los cooperativistas mineros o cuentapropistas como ahora se los reconoce, la situación es más simple puesto que han formulado un pedido al gobierno para que se les conceda un "soporte financiero" y además que el gobierno importe maquinaria y equipo minero y se otorgue al sector en favorables condiciones de crédito. Han sugerido también la creación de un Fondo de Estabilización de Precios que funcione precisamente en periodos de "economía decreciente".

La situación de los cooperativistas conlleva un problema particular en el caso de créditos, pues actualmente más de 400 de 1.700 de estas "asociaciones solidarias" confrontan problemas con la Comibol por el incumplimiento en el pago de créditos por la maquinaria que se les transfirió hace años.



LA PEQUEÑA MINERÍA

En el caso de la minería privada "chica", cuyos socios están agrupados en la Cámara Nacional de Minería (Canalmin), el problema es más serio pues no le queda otra alternativa que acudir a préstamos en entidades financieras del sistema bancario para obtener créditos que les permita subsistir en el periodo de los precios bajos, sin liquidar sus operaciones y manteniendo de algún modo las fuentes de empleo que tiene el sector, complicado además con el pago del segundo aguinaldo.

Precisamente dirigentes de este sector fueron los que en el tiempo de las "vacas gordas" sugirieron al Gobierno la creación de un Fondo Estratégico, en base a un ahorro metódico en todas las operaciones mineras para salvar las contingencias de los ciclos decrecientes. Insisten aún en la reposición de lo que otrora fue el Banco Minero de Bolivia, entidad crediticia de apoyo exclusivo al sector minero privado.

Se informó que en la actualidad más de 1.900 mineros chicos están operando en el país, pese a las dificultades económicas, en su mayoría explotan estaño, wólfram, concentrados de zinc, plata, oro, plomo y minerales no metálicos como piedra caliza y otros derivados como puzolana, yeso y estuco. En realidad este sector resulta el más desprotegido en el rubro de asistencia minera, pese a su permanente producción y sostenimiento de empleos.



LA MINERÍA PRIVADA

Aunque no se conoce un informe oficial de la entidad que agrupa a los empresarios de la minería mediana privada, se sabe que la Asociación Nacional de Mineros Medianos adoptarán decisiones internas para enfrentar las contingencias en el precio internacional de minerales, de acuerdo a las características propias en cada empresa, acorde a su realidad económica y financiera.

Un ejemplo es el caso de la Minera San Cristóbal, la más grande privada que opera en la jurisdicción de Potosí, cuyos ejecutivos ya confirmaron una inyección de capital y además apuntarán a la diversificación de su explotación en busca de zinc para enfrentar la baja cotización de minerales.

Ese es el panorama de la minería boliviana, reconociendo los problemas emergentes de la disminuida cotización de minerales y las alternativas para "capear el temporal".

En nuestra página 3 nos referiremos a la importancia de inversiones para encarar la prospección y exploración de nuevos yacimientos mineros.

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