domingo, 17 de julio de 2016

Atracción con incentivos


El interés de países mineros está en ofrecer las mejores condiciones posibles a los inversionistas, de modo que el flujo de capitales sea altamente positivo para el cumplimiento de metas de crecimiento y sostenimiento de un sector productivo altamente complejo, en cualquier parte del mundo, así es la minería.

Por esa circunstancia especial es que se habla de fuertes capitales, de la urgencia de adaptar y utilizar tecnología de punta, de modernizar sistema de explotación de vetas en interior mina o hacer más eficientes las tareas de minería a cielo abierto, en todo caso esas adaptaciones a las nuevas exigencias de producción, representan grandes inversiones que sólo se pueden lograr a través de una sólida participación societaria de empresas privadas de un país o a través de acuerdos temporales entre gobiernos e inversionistas, bajo normas muy claras que garanticen cumplimiento de responsabilidades, atención de leyes vigentes, respeto y garantías por la propiedad privada, pero al mismo tiempo adecuación de orden tecnológico en los grandes emprendimientos, especialmente si estos son mixtos y obligan a respetar áreas definidas de negocios mineros.

Todo es posible si existen condiciones propicias para desarrollar proyectos que sirvan a intereses comunes, pero lo importante es que allí donde se requieren mover fuertes inversiones, se definan planes especiales de incentivos, y los mejores ejemplos se dan en los países vecinos al nuestro, donde hay un abanico de oportunidades para los inversionistas, especialmente en la concesión de incentivos tributarios, un rubro en el que se pueden desarrollar variadas inquietudes, sin atemorizar o "correr" a los inversionistas, más bien captar la atención de aquellos para el cumplimiento de metas específicas que sean parte de ineludibles obligaciones tributarias, pero claras, seguras y sostenibles.

Ya no es posible pretender "cerrar" las puertas a las inversiones externas, querer sostener una minería "exclusivista" con responsabilidad estatal, es poner en riesgo la realización de proyectos importantes que necesitan mucho flujo monetario, y no menos tecnológico, que son carencias naturales en cualquier país y que se suplen con las opciones de la atracción de capitales.

La idea es aplicar el dicho plenamente: "respetos guardan respetos" y en materia de inversiones, predominará el respeto a leyes vigentes, por ejemplo las que preservan el medio ambiente y que no pueden alterarse o peor ignorarse, por lo mismo se confía actualmente en compromisos de seguridad para cuidar la diversidad ecológica, con el desarrollo de la moderna minería.

Está visto que en un país organizado se definen las prioridades que tienen que ver con su desarrollo, a través del buen uso de las riquezas naturales, pueden ser las hidrocarburíferas y mineras, como las que tenemos en Bolivia y por lo mismo en cada caso, deben ser establecidas las mejores condiciones para encarar planes de alto rendimiento, cumpliendo un listado de obligaciones que hagan posible explotar recursos naturales, sin riesgos para las comunidades, pero al mismo tiempo con el crecimiento de oportunidades económicas cuyos beneficios sean aprovechados colectivamente, Estado, empresa y comunidades.

La minería es un negocio de alto riesgo, de mucha inversión y prolongado tiempo para su consolidación. En el caso nuestro, es necesario recuperar el tiempo pasado y no seguir perdiéndolo.

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